La campaña del 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, diseñada por Emakunde fija este año la mirada en los mensajes sexistas que chicos y chicas reciben diariamente y que reproducen y perpetúan la desigualdad y las relaciones de poder.
El lema de la campaña es “La desigualdad no nace, se hace. Podemos cambiarlo. Hagamos igualdad” y presenta a jóvenes que, en el caso de las chicas, reciben mensajes relacionados con la belleza, la bondad, la discreción, los cuidados y la dependencia, entre otros; y en el caso de los chicos, la agresividad, el éxito, la ambición o la negación de los sentimientos.
Mientras las chicas reciben mensajes como “mandona”, a los chicos se les ensalza su “madera de líder”; mientras a las chicas se les valora principalmente por su belleza y se les educa para agradar a los demás (“¡Qué bonita es mi niña!) , los chicos son objeto de mensajes empoderantes (“¡Eres un campeón!”); mientras que a las chicas se les enseña que necesitan protección, a ellos que son autosuficientes; mientras a las chicas se les dice que los afectos y los cuidados están por encima de lo demás, a ellos se les educa en la negación de los sentimientos (“Los chicos no lloran”) y en alcanzar el éxito en el ámbito público.
La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, ha remarcado la importancia de que seamos conscientes de los mensajes que reciben diariamente las y los jóvenes, porque construyen sus identidades en base a cómo se les trata, porque aprenden a ser mujeres y hombres a partir de los mensajes que reciben dese los distintos agentes de socialización como la familia, la escuela, las amistades, los medios de comunicación, la publicidad… El proceso socializador perdura toda la vida, ha recordado Landaida, pero es especialmente influyente en la etapa infantil y juvenil, ya que a esas edades se aprende lo que se espera de ellas y de ellos, los comportamientos permitidos y los penalizados.
Ha insistido en que las personas aprendemos a través de mecanismos de imitación y de identificación, y ha hecho especial hincapié en la familia como primera instancia socializadora. “Tenemos que reflexionar sobre los mensajes que les estamos mandando, sobre los modelos que les estamos mostrando. La desigualdad se aprende, se hace, por lo tanto, tenemos que ser conscientes de que desde nuestro ámbito de influencia también podemos hacer igualdad, que es una tarea, por tanto, de todas las personas que formamos esta sociedad”.
La campaña pretende ofrecer algunas claves para detectar la desigualdad del día a día y mantiene el claim “Igual es más”, que se viene utilizando en anteriores campañas para remarcar la idea del beneficio de la igualdad para toda la sociedad.