“A MI TOCAYO, ANASAGASTI”, carta de Iñaki Garralda en Gipuzkoagaur

“A MI TOCAYO, ANASAGASTI”

Iñaki Garralda Gordejuela

Donostia

Como no soy lector del DV, el eco de su libelo, me llegó a través de diferentes redes sociales. De la misma manera me llegó la respuesta argumentada, educada y concreta de Denis Itxaso, que la considero alejada del desprecio y soberbia de su primera intervención. Apelar al carácter político del autor de la réplica me parece mediocre y vacío, y más cuando su compañero de partido político y Alcalde de Donostia – Eneko Goia- ha coincidido en las formas y en la contestación. A las personas se les conoce, entre otras cosas, por lo que dicen. Parece que la responsabilidad de su diatriba sobre Donostia, sus ciudadanos y La Real, es del grupo Vocento y su poder para dinamitar Euskal Herria. Creo que su escrito también va en la línea editorial de grupo mediático. Vamos, de enfrentar a territorios.

Mejor educar en el pensamiento libre sobre La Real, sobre el fútbol, sobre el clasismo (posteriormente volveré sobre este ismo) o sobre cualquier materia de conocimiento. Sobre todo cuando chirría tanto separar directiva y afición, y parece apelar a su ascendencia para protegerse del desprecio y rabia interna que manifiesta hacia el club, la ciudad y la provincia de Gipuzkoa. Me pregunto si esto es de cobardes.

Me solidarizo con su tragedia familiar y con su aitona -con el que comparto el honor de ser socio de Gaztelupe, e incluso, hace años, ser directivo de esta magnífica sociedad-. Dudo que la directiva de la Real fuera franquista y la del Athletic no. Las circunstancias obligaban a que todos  los Presidentes fueran franquistas aunque sólo por integrarse en lo que se ha venido a llamar el “franquismo sociológico”“ (o se era medio pensionista, o quedaba el exilio o la cárcel ). Recordemos que el equipo del Aita de Anasagasti levantó muchas copas del generalísimo y muchos brazos derechos. Y a nadie se le ha ocurrido calificar al club rojiblanco de franquista. Por lo que cuenta, esa inoculación ideológica, más que deportiva, llevada al extremo originó esa afiliación de su familia al equipo bilbaíno. Creo que en el primer equipo del Athletic jugaron muchos extranjeros, ya que era un deporte importado de Inglaterra.

El carácter canterano de La Real creo que queda fuera de toda discusión. De hecho en los años 50 La Real creó el Sanse, debido al talento de los jugadores Gipuzkoanos.

Sin entrar en poner por delante a mis ascendentes, a La Real la identifico por valores como nobleza, humildad, esfuerzo, disciplina, identidad, talento y lealtad. Aspectos que no sé si tienen que ver con el abertzalismo, ñoñostiarrismo borbonismo o cataclismo. Hablo de memoria y de deporte, en este caso de fútbol. Los Boronat, Arzak, Urreisti, Gaztelu, Mendiluce, Ormaetxea, Gorriti, Martinez, Zamora, Arconada, Satrústegui, Gorriz y tantos otros, me demostraron que la grandeza en el deporte está en su talento y esfuerzo.

Ese es mi equipo y mi escudo, incluida corona. Por eso soy txuriurdin ( y de Gaztelupe). Porque no tengo complejos ni prejuicios. Porque siendo muy pequeños hemos ganado a los más grandes. Porque somos altos, guapos y estilizados (en alusión a nuestro presidente Aperribay). Porque maestros universales como Chillida y Querejeta trascendieron del fútbol, para convertirse en referentes artísticos internacionales.

Porque es el equipo de mi Ciudad. Porque para mí es el mejor equipo del que se puede ser. Porque mejor nos iría si nos educasen en pensar. Y porque la defensa de nuestros jugadores es valiente y no acomplejada, que por lo que leo, el complejo viene desde otro punto cardinal. Porque en Gipuzkoa existe un talento desmesurado como lo demuestra que una de las leyendas bilbaínas sea Iribar.

Y no vale vomitar desprecio hacia una entidad como la txuriurdin para luego excluir de éste a la afición que es la base del club. Para no llegar a más en este asunto, se está dilatando su discurso, como el mío. Los puntos de vista diferentes, como el que intento desarrollar no son ataques, si no un análisis que intenta primar lo deportivo sobre el tótum revolutum de su último escrito.

Avanzando en su escrito, alude al hambre en el mundo, a los inmigrantes, al despilfarro económico en el fútbol. Interesante y demagógico discurso en el que estamos inmersos tanto athleticzales como txuriurdines. En el último tramo de su escrito es cuando su clasismo se desenmascara. Vuelve hablar, obsesivamente despectivo, de ñoñostiarras, en vez de Donostiarras. Algunos, varios o muchos? Desconozco la cantidad, pero vuelve a la ambigüedad de señalar cuidadosamente. Y aquí es cuando el clasismo adquiere su máxima expresión cuando alude la pijería exclusivismo y ñoñez (sic). Pone en boca de los donostiarras, no en la suya estas características. Muy astuto. Porque ese clasismo del que hace gala, discriminar a los ciudadanos por su pertenencia o no a determinadas clases sociales, es rancio, antiguo y propio de una persona conservadora. Y desgraciadamente muy común en TODOS los sitios. Prefiero compañeros de viaje sin tanto prejuicio.

El considerar la cláusula anti Athletic, anti Vasca, es una osadía digna del ombligismo (no sé si este ismo es correcto) del que presume el centralismo más retrógrado. Admitiendo que la cláusula es discutible, es una manera de protegerse de un club que es una amenaza, debido a sus normas de funcionamiento, para compensar  el sobresueldo o sobreprecio que paga el Athletic por jugadores que sólo valen eso en Bilbao. Su correligionario (acertada descripción de su compañero de partido) creo que sigue la línea de su partido, pactar con los socialistas, aunque en este caso el que no se entera es usted, porque Denis Itxaso no es concejal.

Como ve, aquí un donostiarra o como quiera llamarme, que tampoco está dispuesto a dejarse pisar (metafóricamente) por desvelos futbolísticos? o ideológicos? o Borbónicos ?  o abertzales? o clasistas? o por los complejos? -aquellas ideas reprimidas en nuestra infancia que están sin solucionar- de un ex senador Real Borbónico, que no Txuriurdin. Y volviendo al fútbol, aprovechando una campaña publicitaria de nuestra Real, decirle que yo no tengo segundo equipo. Soy txuriurdin, suficiente para disfrutar/sufrir. Y voy terminando recordando al maestro Luis Buñuel que en su libro autobiográfico “mi último suspiro” decía que el mayor de los peligros en el futuro serían los medios de comunicación. Totalmente de acuerdo con esta afirmación, y eso que no conocía que la tecnología iba a permitir que un septuagenario Iñaki Anasagasti fuera un malote blogero.