En un momento en el que el fútbol moderno parece devorarlo todo a base de chequeras y operaciones millonarias, en Bilbao sigue resistiendo un club que decide avanzar a contracorriente y, sorprendentemente, lo hace con orgullo, con resultados y ahora también con el reconocimiento público de la UEFA.
Un modelo que emociona a Europa
Mientras los mercados globales dominan las plantillas y los clubes-estado imponen su poder financiero, la UEFA ha preferido mirar hacia un rincón diferente del mapa futbolístico. En su Champions League Magazine ha dedicado un emotivo documental al Athletic Club de Bilbao, un equipo centenario que regresa a la Champions sin haber cambiado jamás su ADN.
Porque sí, el Athletic sigue reclutando exclusivamente a jugadores nacidos o formados en Euskal Herria. Nada de extranjeros fichados a última hora ni promesas de Sudamérica o África que aparecen en cualquier otro equipo de élite. Aquí, en San Mamés, la cantera es una declaración de principios.
Desde la cuna, con la camiseta puesta
“Desde que naces, lo primero que te regalan es una camiseta del Athletic”, dice Óscar de Marcos. La frase es tan repetida en Bilbao que parece formar parte del propio ritual de bienvenida a la vida. Esa idea de herencia, de pertenencia, de vivir el fútbol como algo más que un deporte, es justo lo que ha enamorado a la UEFA, que destaca al club como un ejemplo mundial de fidelidad a sus raíces.
Y claro, no es solo cuestión de romanticismo, porque aunque el área de captación del Athletic representa apenas el 0,04% de la población mundial, el equipo sigue compitiendo al máximo nivel. Esta temporada ha regresado a las apuestas Champions después de once años, haciéndolo además sin apartarse ni un instante de sus principios.
La gabarra, la afición y un sentimiento que no cabe en un estadio
El documental, que también se ha viralizado por su carga emocional, repasa imágenes de la famosa gabarra, esa barcaza mítica que recorre la Ría de Bilbao cada vez que el club gana un título. La última vez fue tras la Copa del Rey 2024, un éxito que las apuestas deportivas ya venían marcando y que encendió un orgullo que llevaba años esperando estallar. Ese día, desde los jugadores hasta la afición, todos empujaron simbólicamente en la misma dirección.
Lo que transmite el vídeo es la sensación de que el club es parte del paisaje, de las familias, del carácter de toda una ciudad. Y sí, probablemente por eso en Bilbao se escuche a menudo que el Athletic no es solo un equipo, es una religión.
Una locura muy bilbaína
La historia de esta filosofía no está registrada en ningún acta oficial, pero sí se ha contado una y otra vez como un mito fundacional. Según explica el presidente Jon Uriarte, todo comenzó cuando el club fue acusado hace muchas décadas de alinear jugadores no permitidos. La respuesta fue sencilla : “El año que viene volveremos con jugadores de casa… y ganaremos”. Y lo hicieron.
Desde entonces, han pasado 127 años, muchas Copas, ocho Ligas y más noches de orgullo que de frustración. Pero lo más importante es que han pasado generaciones enteras manteniendo vivo ese pacto original, esa “bilbainada” que hoy Europa aplaude con asombro.
Lo que no se compra
Ernesto Valverde tiene claro que en Bilbao hay algo distinto, algo que no se puede copiar ni fichar. “He estado en otros clubes, pero aquí todos empujamos para lo mismo. Eso, créeme, no es tan fácil de encontrar.”
Y no, nadie asegura que este modelo gane siempre. Pero lo que sí está claro es que mantiene viva una identidad que no se ha vendido a las reglas del fútbol moderno. Y eso, para muchos, vale más que cualquier título.
#APUESTAS



























