Por primera vez, la empresa guipuzcoana CAF ha emitido un comunicado para marcar su posición en el proyecto del tren de Jerusalén, donde, asegura, no ha constatado «ninguna vulneración de los derechos humanos». Es más, añade que «genera impactos positivos en la población, como han corroborado informes de expertos independientes».
CAF afirma ser «plenamente consciente de las complejas implicaciones jurídicas y éticas vinculadas al proyecto de Jerusalén, en particular en relación con el derecho internacional humanitario y la responsabilidad de las empresas, y de la importancia de equilibrar cuidadosamente la protección de los derechos humanos con la necesidad de ofrecer a la población una infraestructura esencial para todas las comunidades sin discriminación». Incluso subraya que la compañía está «firmemente comprometida con la ética empresarial y el respeto a los derechos humanos en todas sus operaciones, incluyendo la cadena de valor».
Ante esta situación, CAF ha aplicado medidas específicas para “identificar, prevenir y mitigar, en su caso, cualquier impacto adverso en los derechos humanos” causado por este proyecto, sin que, hasta la fecha, «se haya identificado ninguna vulneración de los derechos humanos ni se haya materializado ningún impacto adverso». «Los informes concluyen que el proyecto tiene un impacto positivo, de manera no discriminatoria, brindando acceso a servicios sociales básicos y proporcionando una infraestructura sostenible y ecológica», explica la empresa guipuzcoana.




























