Descubren el misterio del origen de los vascos

La secuenciación y el análisis de ocho genomas ancestrales encontrados en la cueva de El Portalón de Atapuerca, cuestiona el origen de los vascos actuales.

El debate, en que las incógnitas sobre el origen de los vascos y del euskera, cuenta hoy con nuevos argumentos tras una investigación realizada en Atapuerca.

Un nuevo estudio, publicado por científicos españoles y suecos sugiere que, al contrario de lo que se creía inicialmente, los vascos actuales podrían estar relacionados directamente con agricultores que vivieron en Atapuerca. Estas conclusiones han sido posibles gracias a la secuenciación y el análisis de ocho genomas ancestrales del yacimiento de El Portalón, pertenecientes a individuos que vivieron entre 5.500 y 3.500 años atrás.

Los resultados arrojan luz sobre las consecuencias que tuvo la transición neolítica sobre las poblaciones que habitaron en la Península Ibérica. Esta transición, considerada como uno de los cambios culturales más importantes que ocurrieron en la Prehistoria, se refiere al desarrollo de las primeras prácticas agrícolas.

De acuerdo a las investigaciones, la transición neolítica que supuso la agricultura llegó a la Península Ibérica en tres fases diferentes. La primera, ocurrida entre 7.650 y 7.550 años atrás, afectó principalmente a la costa mediterránea. La segunda, que data de entre 7.350 y 7.250 años atrás, se desarrolló en el interior de la península, y la tercera se expandió hacia la costa cantábrica hace 7.300-6.800 años.

Aunque las hipótesis tradicionales conectaban estas poblaciones con otras anteriores del Paleolítico, esta investigación aporta nuevos datos sobre el origen de los vascos modernos. Según el análisis genómico realizado en Atapuerca, los investigadores sugieren que los vascos actuales se relacionan en realidad con los primeros agricultores de la Península Ibérica.

La secuenciación del ADN ancestral de ocho cuerpos de El Portalón muestra que estos individuos tienen el mismo origen que otros agricultores del este de Europa. De acuerdo a sus conclusiones, la agricultura llegó a la Península Ibérica mediante migraciones, de forma similar a lo que ocurrió en Escandinavia y en el centro de Europa.

Otro de los resultados sorprendentes es la estrecha afinidad entre los restos de ADN de Atapuerca y los genomas de los actuales vascos. Una afinidad que sólo es similar a la hallada para los antiguos sardos, los habitantes nativos de la isla de Cerdeña. Según el equipo de investigadores, «los resultados sugieren que el origen de los vascos modernos se encuentra en los primeros agricultores de la Península». De este modo, los individuos de Atapuerca serían los ancestros más antiguos de la población vasca actual, sin que esta tenga relación con los cazadores del Mesolítico de hace 10.000 años, como se creía anteriormente.

Serían las migraciones posteriores, ocurridas probablemente durante el Imperio Romano y la época musulmana, las causantes de su aislamiento genético. Todas las poblaciones peninsulares, a excepción de los vascos, presentan una importante influencia genética de poblaciones procedentes del Cáucaso y del norte de África. Este análisis genético permite conocer más sobre el discutido origen de los vascos, cuya cultura y lengua propias los convierten en una población única de la Península, hoy ligada a los primeros agricultores de esta región europea.