La Diputación descarta que el edificio del Bellas Artes sufra el mismo grado de deterioro que la cúpula

Un informe encargado por el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa a la ingeniería IDOM descarta que el edificio del Bellas Artes sufra el mismo grado de deterioro que la cúpula que llevó a su retirada inmediata.

Respondiendo a la solicitud realizada por el Ararteko, el Departamento de Cultura ha enviado a éste todo el expediente del Bellas Artes, incluido el informe.

A finales de agosto el Departamento encargó a la ingeniería IDOM un informe sobre el estado de conservación y posibles actuaciones de la cúpula y edificio del Bellas Artes, con el fin de tener toda la información necesaria para tomar una decisión adecuado en torno al edificio.

En ninguna de las muestras se han detectado ataques químicos. Ha sido la presencia de humedad y las filtraciones de agua lo que han provocado la corrosión de la armadura, produciendo en los hormigones más porosos los daños más importantes.

Según este informe el edificio se encuentra claramente afectado por infiltraciones de agua de pluviales, originado por la degradación de la impermeabilización, y los fallos del sistema de drenaje de cubierta. Por tanto, es vital para el futuro del edificio, evitar esas filtraciones que no hacen sino agravar el deterioro del hormigón y reparar la impermeabilización de la cubierta a la mayor brevedad posible.

A medio plazo el conjunto del edificio requiere de una reparación del hormigón en las zonas afectadas. El mayor enemigo del edificio es la falta de uso. Una vez perfilado un uso y un diseño básico de las actuaciones para la rehabilitación es preciso llevar a cabo un proyecto para adecuar la estructura actual a las nuevas necesidades. Lo óptimo sería acometer las reparaciones del hormigón una vez se haya elaborado el proyecto de rehabilitación, pero si estas reparaciones se demoraran sería necesario realizar la reparación para preservar una estructura declarada protegida.

El informe también recoge el Documento de trabajo del 2 de octubre, que sirvió de base para decidir la retirada de la cúpula del Bellas Artes.

Esta fase del trabajo se realizó durante el mes de septiembre, y consistió en el análisis de la documentación existente sobre el edificio e inspecciones visuales. Asimismo se completaron los ensayos del hormigón de la cúpula con el objeto de estudiar si era un problema local o generalizado. Las conclusiones del informe respecto a la cúpula eran que el grado de degradación que presentaba su estructura era tan avanzado que hacía prever un colapso de la misma, y a su vez imposibilitaba la reparación. Su resistencia era tan baja que no podía cumplir con los mínimos requisitos de seguridad.