Tres puntos que saben a mil (5-0)

Día de confirmación en Anoeta. Pese al no brillante partido de la Real, los de Eusebio batieron sin ninguna dificultad al Deportivo. Aunque a los donostiarras les costase entrar en calor, pudieron anotar cinco goles y no recibir ninguno, que significaría sumar tres puntos importantísimos que necesitaban como el comer. En la primera mitad Willian José fue el único goleador, mientras que en la segunda fueron Illarra (x2), Canales y Aritz Elustondo. Victoria de muchos quilates antes de visitar el Santiago Bernabéu.

Tras recibir un golpe bajo en el mercado invernal, la Real solo podría resarcirse sumando tres puntos, que significaría una victoria. Enfrente tenía al Deportivo, un rival, en teoría, asequible para los de Eusebio, pero esto es el fútbol. La afición no falló el día que más apoyo necesitaba el equipo pese al frío y la lluvia.

Comenzó muy fallona el partido la Real Sociedad: malos controles, los pases no llegaban al destino adecuado, mal entendimiento… Sin embargo, esto fue cuestión de minutos. Los de Eusebio empezaron a carburar, pero no estaban como para echar cohetes. La Real dominaba sin jugar, apenas creaba juego. Poco a poco llegaban a la meta de Rubén, aunque muy justos.

Con algún que otro corte defensivo de la zaga deportivista, pudo salvar la primera media hora de partido sin recibir ningún gol. Sin embargo, nada más que el partido llegara a los 30 minutos, tres más tardó la Real en abrir la lata. Juanmi se desmarcó entre líneas para recibir el pase de Zubeldia, y el delantero, que con el mero hecho de recibir el balón tan cerca de la portería, hizo que la defensa fuera a cubrir la meta, mientras que Willian José aprovechó el gran hueco que dejó la zaga para recibir el balón del delantero malagueño y poner el 1-0 en el marcador. Con tan poco, la Real logró mucho, pero aún quedaba mucho partido.

Celebración del gol realista | Imagen: Real Sociedad

Al filo del descanso, Juanmi casi tuvo el segundo. Antes de que el balón tocara el césped tras el saque de esquina, el de Coín llegó a chutar hacia la portería pero el esférico se marchó arriba por poco.

Fiesta en la segunda parte

La Real no tenía más remedio que marcar un gol al poco de la reanudación. Primero, lo intentó Odriozola a los dos minutos con un fuerte disparo desde un lateral, pero Rubén desvió a córner sin problema. Al cuarto de hora, o también a media hora del final, llegó inesperadamente el 2-0 de la noche. Los de Eusebio tenían a favor una falta en la frontal del área, desde una posición donde todos esperaban que Illarra colgase el balón. El hecho de que la barrera estuviera mal colocada, el de Mutriku optó por chutar a puerta y acertó. La mala colocación de Rubén ayudó en que la Real marcara el segundo, además del balón bien colocado, pegada al palo derecho. Se podría decir que fue un gol inesperado, pese a que fuera bienvenido.

Se veía a un Deportivo que ya no podía remontar pese a que aún tuviera tiempo. Pasaban los minutos y la Real cada vez era mayor en el campo. Aprovechando la superioridad total, llegó el tercer gol, que ya sentenciaría el partido. Willian José, que aprovechó su valía en el juego de espaldas, vio cómo se desmarcaba Canales, para que éste desviara el balón ante Rubén y anotar a puerta vacía. Estalló Anoeta de la emoción, ya que necesitaba una victoria como el comer. Todos los jugadores celebraron en piña el tanto del cántabro.

Tras el gol, la Real no bajó el ritmo y quería más. Oyarzabal recibió un pase al borde de área y su intento de disparo cruzado se truncó ya que el balón llegó a desviarse. Poco después, Canales tuvo en sus pies su segundo gol, pero no acertó a la hora de chutar.

Parecía que iba a ser el día de la confirmación para la Real Sociedad. Como hemos mencionado anteriormente, los de Eusebio no querían dar por finalizado el partido con el 3-0 y llegaron a marcar el cuarto. Tras un saque de esquina, Aritz Elustondo recibió un balón en el segundo palo, y pese a que su disparo se estrellara en el poste, llegó a coger dirección portería y anotar el cuarto tanto del partido. Dedo dirección al cielo para dedicar el gol a su difunto padre.

Ya con todo el pescado vendido, Asier Illarramendi quiso poner la guinda al pastel. Antes, Imanol Agirretxe, que controló un balón tras despiste defensivo, quiso picar el balón ante Rubén, pero no alzó demasiado e Illarra aprovechó el rechace para anotar a placer.

Punto y final a una muy negativa racha antes de visitar el Santiago Bernabéu.