«De pinchar por toda España a trabajar en una fábrica»: la otra cara de la pandemia

La pandemia que estamos viviendo desde hace ya un año ha cambiado la vida de muchas personas, socialmente, económicamente y psicológicamente, y desde Gipuzkoagaur hemos recogido un testimonio Nuria, una joven vasca en la que podemos ver reflejado parte de este cambio, las dificultades derivadas y la adaptación a la que hemos tenido que abrazarnos para intentar «sobrevivir».

Nuria Fernández, más conocida como Nuria Jump, es una DJ que tuvo que cambiar sus planes tras la pandemia. Después de casi un año de parón en la música tuvo que buscar un plan B, y ahora, trabaja en una fábrica como operaria en una cadena de montaje. Nuria ha tenido que dar la vuelta a su vida para conseguir ingresos tras el parón que han sufrido muchos sectores durante la crisis del coronavirus. Pero, a pesar haber podido adaptarse a la situación, Nuria “todavía lo ve todo muy negro”.

La pandemia la pilló en el mejor momento de su carrera, viajaba con sus discos por toda España, siendo habitual especialmente en Aragón, en la conocida discoteca Coliseum. 2021 prometía, ya tenía contratadas actuaciones en salas de Madrid, Valencia, Alicante, Burgos, Navarra, Aragón, entre otras, pero todo se le vio truncado con la llegada del coronavirus a nuestras vidas, al igual que le pasó a miles de personas.

Ahora asegura que disfruta de su trabajo, totalmente diferente al que ella estaba acostumbrada, trabaja 8 horas diarias y de lunes a viernes, pudiendo disfrutar de los fines de semana con los suyos, cosa que antes era complicada. Pero aun así, nos cuenta que tiene muchas ganas de volver a la normalidad, de poder hacer las maletas y hacer disfrutar a sus seguidores de todo el país con su música. Además, se ha «reinventado» y sigue trabajando desde casa en pequeños proyectos, con directos en sus redes sociales y produciendo sus propias canciones.

Nuria es un poco todos, de una forma o de otra y, cuando hablamos con ella nos transmitió que “tener los fines de semana libres está bien, pero tenerlos ocupados haciendo felices a miles de personas está mejor”, resaltando las ganas de volver a la antigua normalidad.