Salamanca acoge una exposición sobre Sert, que llegará a San Telmo en enero

La Universidad de Salamanca ha abierto una exposición sobre el mularista José María Sert, bajo el título 1936. José María Sert y la Sociedad de las Naciones. Óptica y Diplomacia. La misma exposición estará en el Museo San Telmo del 13 de enero al 5 de marzo de 2017.

La muestra recoge las pinturas que realizó Sert para la Sociedad de las Naciones de Ginebra. El mismo José María Sert es el autor de los lienzos de la iglesia del museo donostiarra.

Esta exposición recién inaugurada en Salamanca es una de las piezas del proyecto Tratado de paz de San Sebastián 2016. Precisamente la exposición central del proyecto, 1516-2016. Tratado de paz ha estado en San Telmo Museoa y Koldo Mitxelena Kulturunea el pasado verano.

En esta exposición comisariada por Patricia Molins, el trabajo de Sert se contextualiza –los bocetos, documentos y fotografías de la instalación original de Ginebra– enfrentándolo a los 17 paños y 11 lienzos murales sobre el pueblo guipuzcoano que elaboró para el San Telmo Museoa: Elegías al pueblo vasco.
En ellas canta al trabajo y los logros civiles del pueblo vasco, la pesca, la navegación, la metalurgia así como la religión y las libertades. En estas obras desarrolla una idea de pueblo en lucha y victorioso con un simbolismo variado que va a concentrarse en las obras posteriores, algunos de cuyos bocetos se presentan en esta exposición.

La obra de Sert para el Palacio de las Naciones

Por mediación de Salvador de Madariaga, Sert se encargó de la ornamentación de la gran Sala de los Consejos del Palacio de las Naciones en Ginebra desarrollando una serie de alegorías de la guerra y la paz, del progreso de la humanidad, de la justicia y del derecho internacional (1935-36). El tema oficial era la aportación del derecho español del Siglo XVI al derecho internacional, representada por Francisco de Vitoria y otros profesores de la Universidad de Salamanca. Precisamente esa fue una de las claves de la exposición 1516-2016. Tratados de paz.

Paradójicamente, la sala se inauguró poco después de la sublevación militar que dio inicio a la guerra civil. Ambos bandos tuvieron unas relaciones tirantes con la Sociedad de las Naciones, en la que los franquistas veían la personificación del mal, mientras que los republicanos no consiguieron que se reconociera que había habido una intervención extranjera frente al gobierno legítimo.